[fecha real 31 de mayo de 2009] En un tren shinkansen, como es costumbre, con Marcos enfrente, con Marcos desarreglamos el mundo ya varias veces, lo entendimos por un segundo y por eso lo perdimos para siempre, lo miré, los dos sentimos la necesidad de hacer algo, es como sentir culpa de sólo absorver, tragar sin dar nada, ahi en el tren entre japoneses, hicimos cuentas, inventamos teorías absurdas. Así dejamos Tokyo, Viajamos a Fukuoka y de allí a Hiroshima, miro los postes pasar muy rapido, con un humor inevitable, llegamos a la estacion, fuimos directo al memorial, esquivando gente, tranvias, trafico y carteles que anunciaban estar llegando al atomic bomb place, no se si bizarro o solamente senialetica. El atomic dome, el unico edificio que quedo en pie, o sus ruinas esta ahi como esperando. Entre gente , bicicletas, mas carteles explicativos y cámaras de fotos se me ocurrió preguntarme si estaba bien estar ahi, no me respondí. La bomba explotó a unos 160 metros de ese lugar a 600 metros de altura, generó una bola de fuego gigantesca que irradió y arrasó todo, los vapores se mezclaron con material ya radioactivo, polvo y cenizas y generó una lluvia, "black rain" una lluvia radioactiva, que despedazó todo lo que roció, los cuerpos quemados, ya irradiados fueron nuevamente irradiados por la llevia, la carne se derrite literalmente. Alrededor de 350 000 personas murieron y muchos más por efectos posteriores. Sin entender nada de la naturaleza de nuestra especie, salí del museo, masticando angustia. Me costoó un rato volver a reir, tranvia, comimos y entre esa seriedad caminamos.
la coca inspiracion de mi actitud ambiguamente permisiva
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